No impidas que caiga la lluvia
“Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.” Deuteronomio 28:12
En la Palabra de Dios, la lluvia es un símbolo de bendición, y en muchas ocasiones en el tiempo antiguo, el cielo se cerraba a causa del pecado, o por la falta de madurez en el pueblo, por tanto había sequia hasta que el pueblo de Dios reaccionaba, cambiando de actitud. En realidad, era el mismo pueblo quien impedía que caiga la bendición!
“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.” 1 Pedro 1:5-7
¿Sabes?, hay una gran diferencia entre los árboles que crecen en el desierto con aquellos que crecen en una buena tierra. Los plantados en el desierto se ven obligadas a buscar agua en las profundidades de la arena para subsistir, entonces sus raíces crecen hasta 15 metros o más, de tal manera se transforman en árboles muy fuertes y resistentes.
Cuando los cielos se cierran, nos damos cuenta, que no tenemos la fe que decíamos tener y que necesitamos desarrollarla, ante esta situación, debemos desafiarnos a un cambio, por lo cual podemos ver esto, como una oportunidad para que nuestra fe se fortalezca, y así lograr mayor madurez.
Recuerda que las promesas de Dios son para una iglesia madura, Dios quiere darte sus promesas pero es necesario que seas como ese árbol plantado en el desierto, que tus raíces hayan crecido en profundidad.
“Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres, tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.” 1 Reyes 8:35-36; 2 Crónicas 6:26-27
Tal vez te sientas que tu vida está en medio de una sequía, ¿sientes que los cielos se han cerrado sobre tu vida? ¿oras y no recibes respuesta? ahora mismo te pido que te examines, ¿Estás dedicando tiempo a la palabra de Dios y a la oración? Tal vez lo has descuidado un poco, atendiendo otras cosas que aún siendo buenas, te distraen de tu intimidad con Dios. ¿Habrá algo que cambiar? quizás un mal hábito que te frene la bendición o un tema de carácter, cualquiera sea el caso te animo a que hoy mismo te examines y toma una decisión, haz algo que antes no hacías para Dios, da un primer paso, que espiritualmente abra los cielos sobre tu vida. Dile al Señor, Abre los Cielos y haz llover sobre mi vida, quita de mí toda sequía espiritual, amén.